Las prioridades a la hora de plantear el proyecto de este piso de nueva construcción fueron: 1º.- Rentabilizar el espacio; 2º.- Aprovechar al máximo la luz natural; y 3º.- Generar una vivienda práctica, pero además estética. La distribución se basó en sumar metros útiles, eliminar pasillos, sustituir tabiques por muebles que separan sin cerrar, crear nuevas circulaciones y añadir volumen visual al conjunto para transformarlo en un espacio más diáfano y cómodo. Desde la entrada ya se intuye que el salón-comedor es el corazón de la vivienda que organiza y articula las comunicaciones con el resto de las estancias. Se ha optado por un estilo purista, siguiendo máximas del minimalismo con materiales en contraste. Así pues, blanco, negro y….rojo en armonía, hacen suyas las impolutas paredes que combinan con panelados en wengue y vistosos toques de color. Aquí nada es superfluo, simplemente es un espacio resuelto para vivir el día a día. Nada más y nada menos.